Dentro de un buen programa de aseguramiento o control de calidad de un laboratorio es indispensable el análisis de blancos. Estos permiten detectar errores sistemáticos que luego podrán eliminarse o disminuir su impacto en los resultados del ensayo. Como siempre la experiencia como analista será clave para que puedas implementar medidas oportunas con respecto al mejoramiento continuo referente a blancos de laboratorio. Recuerda que el aseguramiento de la calidad es un requisito de la norma ISO/IEC 17025.
¿Qué es un blanco de laboratorio?
Un blanco de análisis simplemente es una muestra que no contienen el analito (mensurando) de interés, o un análisis sin la muestra, es decir, realizar todos los pasos del procedimiento solo con los reactivos. El último tipo es el más común ya que las muestras sin el analito o atributo a menudo no están disponibles o no existen.
Otro tipo de blanco es el que se usa para calibrar instrumentos. Por lo tanto, puedes tener dos tipos de blancos dentro de un método o sistema analítico:
- Un blanco para todo el método o sistema y
- Un blanco para subprocedimientos analíticos (mediciones) como parte de todo el procedimiento o sistema.
Por ejemplo, en la determinación de la capacidad de intercambio catiónico de los suelos con el método de percolación, se incluyen dos métodos o sistemas de blanco en cada lote: dos tubos de percolación con algodón o pulpa de filtro y arena, pero sin muestra. Para la determinación del catión (NH4 por colorimetría o Na por espectroscopia de emisión de llama) se incluye un blanco en la determinación de la curva de calibración. Si el NH 4 se determina por destilación y posterior titulación, se realiza una titulación en blanco para la corrección de las lecturas de la muestra de ensayo.
El análisis de blancos es muy importante porque:
1. En muchos análisis, los resultados de la muestra se obtienen restando las lecturas en blanco de las lecturas de la muestra.
2. Pueden ser excelentes indicadores en el control de calidad de los reactivos, los procesos analíticos y la competencia del personal.
3. Se pueden usar para estimar varios tipos de límites de detección de los métodos.
Para los blancos, se aplica la misma regla que para los análisis duplicados: cuanto mayor sea el número, mayor será la confianza en la media. La regla ampliamente aceptada en el análisis de rutina es que cada lote debe incluir al menos dos blancos. Para estudios especiales donde los resultados individuales son críticos, se pueden requerir más blancos por lote (hasta ocho). Aquí debes establecer junto con el resto de implicados la conveniencia del número de blancos, y se debe hacer poniendo sobre la mesa la disponibilidad de recursos, las exigencias de la ISO/IEC 17025, los requerimientos del cliente, y al final siempre tener presente que se debe asegurar la validez del resultado.
¿Qué hago con los datos que obtengo de los blancos de laboratorio?
Te recomiendo que todos los datos que obtengas de los blancos los lleves a una carta de control (o gráfico de control), puedes elaborar una para la exactitud y otra para la precisión, la primera se realiza teniendo como valor central o de referencia el promedio de las lecturas, y la segunda se realiza empleando los rangos de los duplicados.
Para estas cartas de control se aplican los mismos principios y los mismos análisis que para los QC (estándares de control, materiales de referencia, etc) de rutina. Por lo tanto si un resultado está por fuera de los límites de acción (más de 3 desviaciones estándar), se deben tomar medidas correctivas de inmediato.
En muchos laboratorios, no se hacen cartas de control para los blancos. A veces, los analistas sostienen que «nunca hay un problema con mi blanco, la lectura siempre es cercana a cero». Es cierto que algunos análisis son más propensos a errores de blanco que otros. Este, sin embargo, no es un argumento válido para no mantener cartas de control. Se hacen para monitorear los procedimientos y para alertar cuando están fuera de control (cambio) o tienden a salirse de control (deriva). Esto puede ocurrir en cualquier procedimiento en cualquier laboratorio en cualquier momento.
Para reflexionar…
A partir de lo anterior, queda claro que las señales de los blancos generalmente no son cero. De hecho, los blancos pueden tener valores negativos. Esto puede indicar un error en el procedimiento: por ejemplo, para la puesta a cero del instrumento se usó una solución incorrecta o contaminada, o la curva de calibración no fue lineal. Para mayor comodidad, algunos analistas practican «forzando el blanco a cero» ajustando el instrumento. Algunos instrumentos incluso invitan u obligan a los analistas a hacerlo. Esto es equivalente a restar el valor del blanco de los valores de los estándares antes de trazar la curva de calibración. Desde el punto de vista del Control de Calidad, esta práctica debe ser desalentada. Si es necesario poner a cero el instrumento, se prefiere el uso de agua pura para ello. Sin embargo, tales consideraciones pueden ser anuladas por instrucciones específicas del instrumento o método. Esto se está convirtiendo en una práctica cada vez más común con los modernos instrumentos sofisticados de alta tecnología. En cualquier caso, debes tomar una decisión sobre cómo tratar con los blancos para cada procedimiento y debe quedar muy claro en los procedimientos de análisis.
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