Seguro que has escuchado hablar de la Guía ILAC G24, ¿verdad? Si es así, entonces te alegrará saber que hoy vamos a profundizar en ella. Si no, no te preocupes, porque estoy aquí para explicarte de qué se trata y cómo podemos usarla para encontrar el mejor intervalo de calibración para tus equipos de laboratorio.
La Guía ILAC G24, emitida por la Cooperación Internacional para la Acreditación de Laboratorios (ILAC), es un documento que proporciona orientación sobre la determinación de los intervalos de calibración. Esta guía proporciona una variedad de métodos, y uno de ellos es el método de la escalera.
Entonces, ¿qué dirías si te llevara a un paseo escalera arriba y escalera abajo, utilizando el método de la escalera para determinar nuestros intervalos de calibración? ¿Te suena divertido? ¿Interesante? ¡Espero que sí!
Porque eso es exactamente lo que vamos a hacer. Así que ponte cómodo y prepárate para subir y bajar en la escalera de los intervalos de calibración siguiendo las recomendaciones de la Guía ILAC G24. ¿Listo?
Nota: al final de la publicación te explico con un ejemplo práctico cómo se aplica el famoso método de la escalera, así que, mantén los ojos bien abiertos.
¡Empecemos!
¿Qué es el método de la escalera?
Entonces, para empezar, ¿qué es este famoso método de la escalera? ¿Estamos hablando de una escalera física que usamos para cambiar la bombilla en el techo? No exactamente, aunque la analogía no está tan lejos. En metrología, el método de la escalera es una forma de determinar cuánto tiempo debe pasar antes de que necesitemos recalibrar un instrumento de medición.
La importancia de los intervalos de calibración.
Determinar los intervalos de calibración es crucial para mantener la exactitud y la confiabilidad de nuestros instrumentos de medición.
Si calibramos con mucha frecuencia, desperdiciamos tiempo y recursos. Si esperamos demasiado tiempo, corremos el riesgo de utilizar instrumentos que pueden generar errores costosos. Aquí es donde entra en juego el método de la escalera.
Recuerda que la norma ISO/IEC 17025 y la norma ISO 15189 obligan a que el laboratorio establezca unos intervalos de calibración que garanticen que sus equipos de medición son aptos para realizar mediciones confiables.
Los pasos para aplicar el método de la escalera.
Aplicar el método de la escalera es como subir una escalera de verdad. Cada escalón es un intervalo de tiempo. Empezamos en el escalón más bajo, calibrando con frecuencia, y luego, si nuestros resultados de calibración son aceptables, subimos un escalón, aumentando el intervalo de tiempo entre las calibraciones.
A continuación, detallo los pasos para aplicar el método de la escalera:
Paso 1. Determinar el intervalo inicial de calibración: Empezamos por establecer un intervalo de calibración inicial. Este intervalo debe ser lo suficientemente corto como para garantizar que el instrumento mantenga sus características metrológicas (precisión, sesgo, incertidumbre).
Paso 2. Realizar una calibración: Después de cada intervalo, llevamos a cabo una calibración. Si el instrumento pasa la calibración, subimos un escalón.
Paso 3. Aumentar el intervalo de calibración: Subir un escalón significa aumentar el intervalo de tiempo hasta la próxima calibración. Este incremento debe ser proporcional y razonable para evitar saltos abruptos.
Paso 4. Repetir el proceso: Continuamos con este proceso, calibrando después de cada intervalo y ajustando el intervalo según los resultados.
Paso 5. Bajar un escalón si es necesario: Si el instrumento no pasa una calibración, bajamos un escalón, reduciendo el intervalo de calibración hasta que el instrumento pase de nuevo la calibración.
Así es como aplicamos el método de la escalera. No es complicado, ¿verdad?
Entendiendo el método de la escalera con un ejemplo práctico de laboratorio: La balanza analítica
¡Bien! Ahora que tenemos un buen entendimiento de lo que es el método de la escalera, vamos a ilustrarlo con un ejemplo práctico. Nuestra escalera de hoy será una balanza analítica.
Paso 1: Determinar el intervalo inicial de calibración.
Iniciemos en el primer escalón, es decir, determinando nuestro intervalo inicial de calibración. Para nuestro caso, supongamos que decidimos calibrar nuestra balanza analítica cada mes. Es un punto de partida conservador, pero nos dará confianza en la exactitud de nuestras mediciones desde el comienzo.
Paso 2: Realizar una calibración.
Llegado el final del primer mes, realizamos la primera calibración de nuestra balanza analítica. En este caso, usamos un conjunto de pesas patrón certificadas para verificar si la balanza ofrece lecturas precisas y exactas. Supongamos que la balanza pasa la calibración como si fuera un auto de fórmula uno. ¡Bien hecho, balanza!
Paso 3: Aumentar el intervalo de calibración.
Dado que nuestra balanza pasó la calibración, nos sentimos confiados para subir un escalón. En este caso, decidimos aumentar el intervalo de calibración a dos meses. Recordemos que este incremento debe ser razonable. No queremos saltar directamente a calibraciones anuales.
Paso 4: Repetir el proceso.
Dos meses después, volvemos a calibrar nuestra balanza. Y de nuevo, supongamos que pasa la prueba. ¿Qué significa esto? Exacto, es hora de subir otro escalón. Aumentamos nuestro intervalo de calibración a tres meses.
Paso 5: Bajar un escalón si es necesario.
Después de tres meses, realizamos otra calibración. Pero esta vez, nuestra balanza no pasa la prueba. En este caso, no subimos otro escalón, sino que bajamos uno. Regresamos a calibrarla cada dos meses, el último intervalo en el que la balanza pasó la calibración.
Y así, continuamos con este proceso, subiendo y bajando escalones según los resultados de la calibración. De esta manera, encontramos el equilibrio entre mantener la confianza de nuestras mediciones y optimizar nuestros recursos.
Ventajas y desventajas del método de la escalera.
Como con cualquier técnica o estrategia, el método de la escalera tiene sus pros y sus contras. Aquí te presento algunas de las ventajas y desventajas que debes considerar antes de aplicarlo.
Ventajas del método de la escalera.
Optimización de recursos: Al ajustar los intervalos de calibración según el desempeño del instrumento, podemos asegurarnos de que no estamos desperdiciando recursos en calibraciones innecesarias. En otras palabras, evitamos la trampa de calibrar demasiado a pronto.
Adaptabilidad: El método de la escalera es adaptable a las circunstancias cambiantes. Si los resultados de la calibración varían con el tiempo, podemos ajustar nuestros intervalos de calibración en consecuencia.
Prevención de errores: Al calibrar regularmente y ajustar nuestros intervalos en función de los resultados, reducimos la probabilidad de usar un instrumento que está fuera de calibración sin darnos cuenta.
Desventajas del método de la escalera.
Tiempo y esfuerzo: Aunque el método de la escalera puede ayudar a optimizar los recursos, también puede ser bastante intensivo en términos de tiempo y esfuerzo. Especialmente al principio, cuando los intervalos de calibración son más cortos, puede requerir una considerable cantidad de tiempo y atención.
Complejidad: Dependiendo de la cantidad de instrumentos y de los intervalos de calibración utilizados, el seguimiento de todos los escalones puede ser complejo. Necesitarás un sistema eficaz para controlar los intervalos de calibración y saber cuándo es el momento de subir o bajar un escalón.
Riesgo de falla: Si bien el método de la escalera nos permite detectar cuándo un instrumento ha fallado en la calibración, existe el riesgo de que un instrumento que falla sea utilizado entre calibraciones, especialmente si los intervalos se han alargado.
Como puedes ver, el método de la escalera tiene tanto ventajas como desventajas. Por lo tanto, es importante evaluar cuidadosamente si es la estrategia adecuada para tu situación antes de decidir aplicarla.
Cómo minimizar el riesgo de utilizar un instrumento de medición entre calibraciones
Supongamos que nuestra balanza pasó los requisitos metrológicos en el intervalo de los dos meses, pero en el tercer mes la balanza no pasó la calibración.
Según el método de la escalera, debes fijar el intervalo de calibración en dos meses, es decir, bajar un escalón. Pero, ¿qué pasa con las mediciones hechas entre el mes dos y el mes tres?
En este lapso de tiempo existe duda sobre los resultados obtenidos con esta balanza. Según la ISO/IEC 17025, debemos investigar a fondo si esos resultados son válidos o no, es decir, ponemos en marcha nuestro procedimiento de trabajo no conforme.
Para estar seguros de que los resultados obtenidos con la balanza son confiables, debemos incrementar la frecuencia de los controles metrológicos diarios y también la frecuencia de las verificaciones intermedias.
De esta manera podemos tener un punto de referencia en el tiempo para saber en qué momento la calibración del instrumento dejó de ser confiable y poder tomar la decisión de rechazar o aceptar los resultados obtenidos con el equipo.
Recuerda, al final del día, queremos mantener la exactitud y la confiabilidad de nuestras mediciones sin desperdiciar recursos en calibraciones innecesarias. Y con la guía del método de la escalera, estamos bien equipados para hacerlo. ¡Buena suerte con tu escalada metrológica!
En conclusión
El método de la escalera es una herramienta útil en nuestro arsenal metrológico. Al igual que subir y bajar una escalera real, requiere equilibrio y cuidado. No queremos subir demasiado rápido ni saltarnos ningún escalón.
Pero con el cuidado y la atención adecuados, el método de la escalera puede ayudarnos a mantener la confianza de nuestros instrumentos de manera eficiente y efectiva.
Entonces, la próxima vez que te preguntes cuándo debes calibrar tu instrumento, recuerda la escalera. Y no te preocupes, no necesitarás una barandilla para este tipo de escalada.
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Hasta la próxima!